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IBM desarrolla cinco principios para evitar que la tecnología contribuya a la violencia doméstica
Madrid, 28 de Mayo, 2020.- La violencia doméstica es una lacra mundial que durante los últimos meses se ha disparado, en muchos casos, debido al confinamiento de las víctimas junto a sus agresores. Según la OMS, en Europa, durante el pasado mes de abril, ha habido un aumento del 60% en las llamadas de emergencia de mujeres que han sido objeto de malos tratos por parte de sus parejas. En España, el número de llamadas y consultas online para la atención de víctimas de violencia también se ha incrementado durante los dos últimos meses: según cifras del Ministerio de Igualdad, se han registrado 18.700 peticiones de asistencia, 7.125 más que en el mismo periodo de 2019. Y en algunos de estos casos de abuso, la tecnología ha jugado un papel relevante.
Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, el ecosistema tecnológico ha destacado por ofrecer soluciones y propuestas para ayudar a mejorar el día a día de las personas durante la crisis actual. Facilitar la enseñanza a distancia, mejorar el acceso a información relevante sobre el virus, o acelerar la investigación de posibles vacunas son algunas de las iniciativas que se han podido desarrollar gracias a la innovación tecnológica. Sin embargo, en casos puntuales, algunas soluciones tecnológicas han sido manipuladas para utilizarse con fines alejados de su objetivo original, y se han utilizado para ejercer abuso y acoso.
Las mismas tecnologías que protegen, facilitan rutinas y enriquecen el día a día de las personas, en ocasiones, están siendo manipuladas por los maltratadores para ejercer control sobre sus víctimas. A menudo, siguiendo un patrón de control que busca infundir miedo y sumisión. Así, por ejemplo, la notificación de compras en la aplicación de la tarjeta de crédito se creó para evitar fraudes. No obstante, algunos maltratadores la utilizan para controlar lo que hacen sus víctimas en todo momento. O los timbres conectados, creados con la seguridad en mente, y que permiten ver quien entra y quién sale del hogar, también pueden ser utilizados negativamente para estar constantemente controlando los movimientos de una persona.
El mal uso de la tecnología por parte de este tipo de personas es un tema complejo, y no cuenta con una solución simple. No obstante, IBM considera que, teniendo en mente este tipo de consecuencias no deseadas, es posible diseñar tecnología que sea más resistente a estos usos negativos.
“Lamentablemente, en ocasiones la tecnología puede utilizarse con fines negativos, totalmente distintos a su propósito inicial. Por ello, es realmente importante que, en el inicio del proceso de creación, durante la fase del diseño, se puedan tener en cuenta una serie de consideraciones que ayuden a evitar que la tecnología contribuya a este tipo de comportamientos”, ha señalado Enric Delgado, CTO de Cloud e IA en IBM España, Portugal, Grecia e Israel.
Para ello, IBM propone cinco principios clave en el diseño de la tecnología que pueden ser útiles para todo tipo de desarrolladores:
- Promover la diversidad en los equipos de diseño: esto permite entender de una manera más amplia y diversa los casos de uso de cualquier tecnología, tanto sus aplicaciones negativas como las positivas. En este sentido es importante tener en cuenta no únicamente a los usuarios objetivo de la solución tecnológica, sino también a otros usuarios que puedan aprovechar la tecnología con otros fines.
- Garantizar la privacidad y la elección del usuario: los usuarios deben estar correctamente informados a la hora de decidir sobre la configuración de su privacidad. Los ajustes deben ser fáciles de entender y se deben incluir notificaciones periódicas para que el usuario revise, de manera habitual, su configuración sobre los datos que se comparten.
- Promover la transparencia: el efecto ‘luz de gas’ es un tipo de manipulación psicológica en la que se altera la percepción de la realidad de la víctima, y se provoca que dude de sus recuerdos y opiniones. Si un usuario puede eliminar todas las pruebas de que se está produciendo una acción determinada, o si no existe evidencia alguna de ella, esto podría conducir a que cualquier persona empiece a cuestionar su memoria. Por ello, la tecnología tiene que ser transparente para evitar que ciertos usuarios puedan ocultar o eliminar el rastro que puedan dejar otros usuarios. Por ello, la interfaz y el diseño de las notificaciones deben ser un punto importante que permita que los usuarios conserven el control sobre su entorno.
- Reforzar la seguridad y los datos: Es importante que los productos sean seguros, y que solo recopilen y compartan aquellos datos estrictamente necesarios, para evitar su uso malicioso. Por ello, es recomendable pensar más allá de los modelos tradicionales de amenazas a la seguridad, y pensar en todo tipo de escenarios de riesgo en los que se pueda utilizar la tecnología como herramienta de abuso. Un ejemplo de ello podría ser que los miembros de una familia puedan gestionar sus canales o suscripciones de forma individual, sin un usuario único para todo el núcleo familiar.
- Apostar por tecnologías más intuitivas: en algunos casos, las víctimas de abuso pueden no tener suficiente conocimiento tecnológico. Esto puede facilitar que personas que sí que tienen estas habilidades las utilicen en su contra. Por ello, es recomendable implementar tecnologías de fácil uso para cualquier usuario. Si el usuario entiende y sabe cómo usar una tecnología, es probable que esté mejor protegido ante abusos de terceros.
Estos cinco principios pueden aplicarse para evitar el control coercitivo no solo en situaciones de violencia doméstica, sino también en otras ocasiones en las que hay desequilibrios de poder, como por ejemplo en casos de personas dependientes, ancianos o personas que padecen discapacidades. En 2030 se estima que podría haber más de 125 mil millones de dispositivos conectados. Esto significa que los maltratadores tendrán a su alcance más herramientas para manipular y abusar de sus víctimas. “En un contexto cada vez más conectado, es realmente importante trabajar en el desarrollo de soluciones tecnológicas que no permitan que este tipo de personas las utilicen para controlar y dañar a sus víctimas”, ha señalado Enric Delgado. “Entre todos tenemos que seguir trabajando para garantizar que el mundo tecnológico sea inclusivo y seguro para todo el mundo”.